2 perdices; 2 docenas de almejas aprox.; 50 g. de tocino; 1 cebolla;
pimienta; 1 vaso de vino blanco; sal.
Dos docenas de ricas
almejas y un par de perdices son los ingredientes básicos de esta sabrosa
receta que les narro a continuación. Por ahorrar descrip-ciones, con las almejas
se hace lo mismo que en la receta anterior en cuanto al lavado, apertuna,
hervor y reserva del caldo soltado.
En cuanto a las perdices,
se despluman, se limpian y se atan a fin de que tengan buena “pinta”. En una
cazuela, en la que previamente hemos puesto un chorrón de aceite y tocino
troceado, colocamos las perdices, rehogándolo todo y añadiendo cebolla picada;
a continuación, se echa sal y pimienta según el gusto de cada cual, y se tapa
para que cuezcan hasta que adquieran un apetitoso tono dorado. Cuando tal color
sea ya preceptible se agrega un vaso de vino blanco, tras cuya consunción se
pone un tazón de caldo, y a cocer el tiempo menester para que queden las
perdices tiernas.
Cuando lo estén, se
parten por la mitad aproximadamente, se colocan en una fuente hornera y se
rodean con la grata compañía de las almejas, cuyo caldo añádese a la salsa,
pasándolo por el pasador. Viértase el resultado sobre las perdices y va todo
para el horno durante varios minutos.
16. Mariscos